viernes, 23 de septiembre de 2016

Entre déficits y turbulencia...

La verdad que para entender la situación política internacional hay que pasar necesariamente por entender las implicaciones económicas de cada país en particular, y desde ahí forjarnos una visión mucho más acabada aunque no del todo certera.
No cabe duda que el país que tenga mayor fortaleza en sus finanzas será quien mejor posicionado quede a nivel del "ranking" de influencia e incidencia mundial. Ya no bastaría con tener varios portaaviones estacionados en sus costas si en su despensa o bóveda no cuenta con las suficientes reservas.

   La inestabilidad que constantemente se registra en los mercados hace que tanto naciones como individuos se refugien en otros tipos de mecanismos que les garanticen por lo menos algún nivel de rentabilidad; y por ello se acude a la compra de oro con fines totalmente rentables.
Si tomamos en cuenta esos factores de seguro que una de las naciones mejor posicionada sería Rusia, ya que en los últimos tiempos ha hecho acopio de grandes cantidades de oro, ubicándose como el país que más reservas de oro tiene en la actualidad.
Pero no solo basta con tener reservas suficientes de oro si usted no tiene su economía en estado saludable, es decir, si no cuenta con los elementos que le puedan dar sostenibilidad a todo su aparato económico, como por ejemplo un sano desempeño en sus balanzas de pago y comercial.
Esa es la clave fundamental para la buena marcha de la economía de un país y de ahi como lo apuntábamos al principio, dependerá la posición que le tocaría ocupar en la geopolítica internacional.

Por ello hemos venido insistiendo a través de este medio sobre la necesidad que naciones como Estados Unidos, deberían prestarle mucho más atención a su estado económico donde ya no solo se depende de amenazar a otras naciones y aplicarles sanciones, sino que también se requiere hacerle frente a esa enorme deuda que afronta esa gran nación del norte de nuestro hemisferio. Según informe de la Oficina Nacional de Estadísticas de la Reserva Federal, el déficit público de Estados Unidos tendrá un incremento para este año 2016 de un 76 %, ya que el déficit presupuestario sumaria 544,000 millones de dólares, lo que hace indicar un sustancioso incremento de unos 105,000 millones en relación al año anterior, osea el 2015.
Para los economistas serios no comprometidos con el establishment, esta realidad es preocupante ya que si no se le buscan los paliativos necesarios para revertir esa situación, la misma puede tornarse insostenible, lo que valdría decir que en cualquier momento la crisis podría estallar y eso dejaría a la economía mundial lacerada por un buen tiempo y las consecuencias se reflejarán de inmediato en el tercer mundo sobre todo, desatando una cadena de hambruna y desabastecimiento y además darían al traste con todas las economías de menor tamaño.
 En verdad la salud de la economía estadounidense es necesaria no solamente para los demas paises del mundo que se ven reflejados en ella, sino para solventar situaciones desafortunadas a lo interno del propio Estados Unidos como sucedió en el 2008 a raíz de la crisis inmobiliaria, donde el desempleo alcanzó cifras astronómicas no vistas desde la Gran Depresión de los años 30s.
Lo feo del cuento es que para la mayoría de los políticos estadounidenses carece de cierta importancia encarar la crisis del déficit de manera seria y directa; ya que pocas veces usted oye hablar del tema en las intervenciones de los candidatos que hoy se están disputando el poder por ambos partidos, para ellos este no es un punto ni siquiera de su agenda, cosa muy lamentable, porque como dicen los economistas, no se sabe a ciencia cierta hasta cuándo se podrá seguir soportando esa situación sin que se ponga en riesgo la marcha de la economía del mundo.

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