Sobre la reunión de la OEA

Para este miércoles 1 de junio fue convocado el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos en Washington, para tratar la crisis política que se ha presentado en la República Bolivariana de Venezuela. En esta reunión se presentaron dos propuestas básicas que buscaban un consenso para la formulación de alternativas que propicien un clima adecuado para el diálogo entre la oposición y el gobierno venezolano. Pero lo raro en todo esto es que antes de que comenzara la sesión en el seno de la OEA, ya México había presentado una propuesta de solución en la búsqueda del diálogo, que supuestamente 15 naciones más
estarían respaldando; pero claro, Venezuela que es la protagonista y quien motivara la convocatoria, no fue consultada. Solo ese hecho demuestra niveles de condicionalidad y predisposición que ilegitima cualquier iniciativa impulsada desde ese organismo regional.  Es indudable que a través de lo que se vio y se escuchó en los debates, la mayoría de los representantes de los distintos países, no hicieron sino expresar sus disgustos ante la parcialización e inclinación del Secretario General de la OEA, el señor Luis Almagro, quien sin ningún tapujo ha dejado ver su refajo en favor de los sectores opositores

al gobierno venezolano.  El señor Almagro le agrega un ingrediente negativo a la situación venezolana, ya que debió haber ejercido una gestión mucho más moderada, como árbitro imparcial, y no ponerse al lado de ningún sector, de ahí que muchos sectores e instituciones regionales, tengan la creencia de que el señor Almagro está cumpliendo órdenes de Washington.