domingo, 12 de junio de 2016

Continúa la saga en el Brasil

Se ha demostrado que la destitución de la mandataria de Brasil Dilma Rousseff, constituyó un acto de mala voluntad política, cuyo único propósito fundamental era acabar con el prestigio no solo de la mandataria, sino de todo el Partido de los Trabajadores, por eso se estuvo tras la caza de su máximo líder,Luiz Inácio Lula Da Silva.
Para satisfacción nuestra, siempre hemos sido objetivo en el análisis y hasta llegamos a decir que resulta
contraproducente el tratar de tapar el sol con un dedo y negar que en el periodo o los periodos donde ha estado gobernando el P. T. no haya habido corrupción; pues claro si la ha habido, pero de ahí tratar de hacer todo este drama y llegar hasta la destitución, nos parece que ha sido un acto irresponsable que ha sumido a Brasil en una grave y ya prolongada crisis política en medio de tantos casos importantes, donde los funcionarios brasileños deberían
estar trabajando.

Pero como ya lo hemos señalado en oportunidades anteriores, lo del Brasil no es un hecho aislado que nace como una necedad de un grupo de oligarcas que han visto disminuir su influencia en las esferas de poder del país sudamericano; creemos que esto va más allá y que es parte de toda un estratagema que procura un reposicionamiento en la geopolítica mundial. Y claro las grandes corporaciones mediáticas juegan un papel muy importante en esto, y si a usted le cabe alguna duda, solo piense en que la corrupción solo asume relevancia cuando se trata de los gobiernos progresistas; cuantos regímenes¨democráticos¨ en toda latinoamérica no están siendo salpicados por temas de corrupción y sin que haya un despliegue tan amplio de los mismos.
La corrupción ha de ser combatida venga de donde venga, no puede haber indulgencia para ningún acto de corrupción, pero tampoco puede haber complacencia para algunos gobiernos, que demostrando ser corruptos pues no se les ataca. Sobre el caso del Brasil ya está apoderado el fiscal federal Rodrigo Janot para investigar a cuatro jerarcas del Partido Movimiento Democrático Brasileño, quien fuera la entidad que  orquestó y manejó los hilos de esta que a todas luces parece desde ya una conspiración.
  Fueron estos señores quienes instigaron para que a la presidenta Dilma se le acusara y que fuera sometida a un impeachment, pero lo que más lejos tenían estos señores era que la investigación llegaría hasta ellos, ya que se han filtrado informaciones que los comprometen firmemente sobre el caso Petrobras, y  por esas implicaciones han sido llamados el ex ministro de temer Renan Calheiro, al ex senador Romero Jucá, el ex presidente del senado Eduardo Cunha y el tristemente célebre ex presidente del Brasil José Sarney, todos ellos están seriamente implicados y salpicados hasta el cocote en los actos de corrupción denunciados.

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