domingo, 8 de mayo de 2016

Una breve y triste historia

Esta Familia procedía directamente de Suiza, la Suiza italiana, y venía con la ilusión de forjarse un futuro mejor en Sudamérica, o más específicamente, en la Argentina.
Con sus padres venía una niña cuyo futuro la colocaría en la cima de lo que fue el posmodernismo de la poesía hispanoamericana. Su nombre Alfonsina Storni, que después de haber vivido una adolescencia llena de precariedades y muchas limitaciones, tambien le vendria acompañar la desgracia de haber quedado embarazada de un hombre casado y 24 años mayor que ella, lo que le valió para ser estigmatizada y rechazada por los círculos de poder de su país adoptivo, Argentina.
Alfonsina, mujer de carácter fuerte y de actitud indomable, padeció en sus adentros la insatisfacción de haber nacido mujer, siempre se lamentó de su condición de fémina, aunque claro, nadie podría asegurar que tuviera algunas inclinaciones hacia el lesbianismo, sino que, simple y llanamente no se sentía cómoda con su condición de mujer.  

Alfonsina fue una mujer siempre dispuesta a todo, desde muy temprana edad ya demostraba que era una chica un poco diferente a las demás, muy inclinada a la lectura y se dice que la precariedad económica de su familia la condujo a tener que robar su primer libro que utilizará en la escuela. Con la intensidad que vivió su vida, de igual forma viviría diversos romances con personajes ligados al mundo de las artes y la literatura; el más reconocido de esos romances, fue el que vivió con el laureado escritor argentino, Horacio Quiroga. 
En lo adelante la vida le seguiría cobrando un alto precio por su existencia, hasta el punto que fue diagnosticada con un cáncer de mama, situación que la sumiría en  una colosal depresión y que vendría a redondear su cuadro de sufrimientos.  En una tarde feriada fue invitada al Club Argentino de Mujeres para entregarle un premio, pero las damas ´´postulantes´´ del Club se opusieron al hecho, arguyendo que para todas las mujeres argentinas, la poetisa representaba un afrenta ya que se había atrevido a tener un hijo sin haber estado casada. En un día nublado y bajo una pertinaz llovizna, la poeta decide entregarle su vida a quien más le había cantado a través de sus poemas, al mar; se acerca a la orilla y deja que las aguas les acaricien sus pies, y se va introduciendo cada vez un poco más hacia adentro, y el pestilente perfume de la mar le arropó su cuerpo.
Y sobre la silueta de Alfonsina se ve una enorme alfombra blanca y hace ola en su cuerpo, y ya sumergida en lo más profundo de aquel embravecido mar, solo fue quedando la estela del recuerdo de quien fuera la más grande exponente del posmodernismo del siglo pasado, doña alfonsina Storni.



No hay comentarios:

Publicar un comentario