Elecciones en la República Dominicana:opciones y perspectivas

Para este domingo 15 de mayo están pautadas las elecciones en la República Dominicana; y para las mismas están convocados unos 6 millones de dominicanos y dominicanas, y se disputan la presidencia de la República 7 candidatos, aunque tenemos que decir, que solo dos tienen reales posibilidades de acceder al poder. Las elecciones en el país caribeño se caracterizan por tomar un carácter festivo y de mucha algarabía, sin dejar de mencionar que solo a partir de 1978, es cuando realmente la República Dominicana tuvo la oportunidad de tener unas elecciones, donde se pudo detener las ambiciones desmedida de poder de un caudillo llamado Joaquín Balaguer. República Dominicana es la segunda isla en tamaño y cantidad de habitantes del Caribe, después de Cuba. En este mismo año 2016, se estará cumpliendo 100 años de la isla haber sido invadida por tropas norteamericanas y por primera vez, ya que también en 1965, se produjo la segunda invasión norteamericana tras haberse producido una gran revuelta social y que degeneró en una Revolución que procuraba restablecer al Profesor Juan Bosch a la presidencia, luego de este ser derrocado por sectores de la ultra derecha en complicidad con los propios Estados Unidos. La vida democrática del país caribeño ha estado siempre signado por las apetencias desmedidas de caudillos, uno de los más connotados, fue el Generalísimo Trujillo, quien gobernara al país con manos férreas, aniquilando a todo aquel que se le opusiera e instaurando una de las más crueles dictaduras que se haya conocido en este hemisferio. Durante los distintos periodos en que gobernó Joaquín Balaguer, en la práctica este como buen discípulo de Trujillo, homologó las acciones del Dictador y terminó asesinando a toda una pléyade de jóvenes valiosos que se le oponen.

     Para estas elecciones el pueblo solo verá con espanto lo que de antemano se sabe que pasara, ya que el actual gobierno, encabezado por el Licenciado Danilo Medina, cuenta con la más alta capacidad en términos de recursos, y apoyado por su Partido, el Partido de la¨Liberación¨ Dominicana, cuyos altos dirigentes sí que han sabido aprovecharse del poder para acumular riquezas y ponerlas al servicio de perpetuarse en el poder.
No se vislumbra ninguna posibilidad de que el pueblo dominicano pueda salir de la actual situación, caracterizada por un alto nivel de desempleo y en medio de múltiples denuncias sobre actos de corrupción perpetrados desde las mismas instancias de poder. La potencialidad económica del grupo gobernante ha quedado de manifiesto en la presente coyuntura electoral, donde los medios de comunicación, tanto públicos como privados, han estado bajo el dominio del PLD, dejándole poquísimos espacios a los demás candidatos de la oposición.
El más cercano competidor de Danilo Medina es el Licenciado Luis Abinader, quien va como candidato por el recién creado Partido Revolucionario Moderno, desprendimiento del que otrora fuera la principal fuerza electoral del país, el Partido Revolucionario Dominicano de tendencia socialdemócrata.

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  Se nota un vacío de propuestas y de opciones verdaderamente democráticas y progresistas; desde los candidatos de la derecha como el PLD, Y el PRM, hasta los candidatos que se autodefinen progresistas, como el candidato de la agrupación Alianza Pais, Dr. Guillermo Moreno y la candidata disidente del PLD, Licenciada Minou Tavárez Mirabal, no logran conectar con las aspiraciones del pueblo, ya que en términos programáticos, se diferencian muy poco de los demás candidatos, cayendo en un pragmatismo politiquero, que los hace presentar casimente igual a los demás.
Pasará mucho tiempo para que la República Dominicana o más bien su gente, despierten y salgan del letargo en que han sido sumido como consecuencia de la vigencia y preeminencia de un sistema político corrompido hasta las medulas, donde la compra de votos es el norte de la mayoría de los políticos, y el propio Estado se ha encargado de solidificar un sistema paternalista, que se aprovecha muy efectivamente del bajísimo nivel de educación que el propio sistema político le ha impuesto al pueblo.