miércoles, 24 de agosto de 2016

Final ensombrecido de Río 2016

Los juegos olímpicos de Río 2016 sirvieron para poner de relieve la gran crisis moral que vive la sociedad postmoderna. El primer indicio de ese innegable estado de crisis moral que vivimos, se manifestó a través de quienes como autoridades estaban llamados a servir de anfitriones con honorabilidad, y nos referimos a la autoridades gubernamentales del país sede, Brasil.  Esas ¨autoridades¨ que en el primer dia de inauguracion les daban la bienvenida a las diferentes delegaciones representantes de los distintos países participantes, pues eran unas autoridades que el pueblo brasileño no había elegido, lo que es lo mismo, eran o son unas autoridades de factos, que habían llegado al poder producto de un golpe parlamentario lleno de marrullas y zancadillas politiqueras.
Pero nada de eso le importa a esa ¨¨Comunidad Internacional¨¨ envuelta en funestos y desdeñables paradigmas, donde todo se vale siempre y cuando me convenga a mi como poder hegemónico.
Lo ocurrido en Brasil debe llevarnos a una reflexión profunda y a un proceso de miramiento, donde nos aboquemos a sacar conclusiones objetivas, que nos ayuden a entender un poco mejor, a cuáles reglas han sometido la democracia, donde el voto de 54 millones de personas no vale nada frente a las ambiciones políticas y de otros tipos de un grupo de individuos, que durante años han sabido servirse con la cuchara grande.Jamas la Comunidad Internacional debía guardar silencio frente a un hecho de esa naturaleza; ahí debieron haber estado los que se autodefinen como los paladines de la democracia perfecta que sirve de norte a Occidente.
                                                                                                                                Mientras eso ocurría en el plano político en Brasil, se daban otras situaciones, que aunque no se dijera abiertamente que también formaban parte de una jugada política, para el común de los mortales si se podían leer esas entre líneas. Y es en lo que tiene que ver a un informe elaborado por una comisión ¨de ética¨ del Comité Olímpico Internacional, donde se daba cuenta de una supuesta trama del gobierno ruso que permite de manera oficial el dopaje de sus atletas, lo que valió para que Rusia no pudiera participar  con toda su delegación en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Es indudable que Estados Unidos considera a Rusia su principal enemigo y se vale de toda artimaña para dañar y hacer retroceder a Rusia. Y si Occidente no ha podido involucrar a moscú en alguna acción militar que contribuya a su debilitamiento, por lo menos trata de abrir otros frentes y en este caso la batalla se ha dado a nivel olímpico infligiendo un duro golpe a Rusia. Creemos que con acciones como estas se le hace un flaco servicio al deporte y más al deporte olímpico que está destinado a propiciar armonía entre los pueblos. No es justo ni mucho menos humano, que después que los atletas se pasan toda una vida practicando y ensayando sus actos en cada una de sus disciplinas, que por simples presunciones o infundadas sospechas, se les castigue negandoles su participación en los eventos deportivos internacionales, como está ocurriendo ahora con los juegos paralímpicos
.                 La Comunidad Internacional no puede seguir dándose el lujo de banalizar y politizarlo todo.
Si es en la lucha contra el terrorismo se establece criterios para definir terroristas; unos son terroristas malos y otros terroristas buenos; unos son radicales y otros son moderados. Pero de igual manera pasa a nivel político, hay regímenes buenos y los hay malos o muy malos, todo depende de la óptica con que Occidente lo mire. En Venezuela por ejemplo, la oposición venezolana llama a protestas y se arman disturbios y hieren a uno o a dos personas y eso es suficiente para que se arme un escándalo internacional; pero en México por ejemplo, los maestros salen a las calles a protestar y apresan, hieren y matan maestros y nadie dice nada.
A propósito de Venezuela, allí está detenido un señor de nombre Leopoldo López responsable de haber llamado a los opositores venezolanos a las calles y de haber organizado guarimbas que ocasionaron 43 víctimas en Venezuela y este caballerito es considerado un héroe por los dueños del mundo, entiéndase las oligarquías y el propio imperio estadounidense; pero el propio Estados Unidos mantiene en prisión a un ciudadano puertorriqueño de nombre Oscar López Rivera, quien en mayo próximo cumplirá 32 años preso en una prisión federal de máxima seguridad, solo por este aspirar a la independencia de su patria; Puerto Rico; digame si aqui no se manifiesta una gran crisis moral también. Este es el mundo que nos ha tocado vivir hoy, pero que personas como quien escribe se niega  aceptar,de ahí que aspiramos a revertir la situación y a crear un mundo de equidad donde no haya dobles estándares.Nada más fíjese en lo que está ocurriendo en Siria con los grupos terroristas, donde se ha demostrado que Estados Unidos arma y financia a estos grupos, y así el imperio tiene la cachaza de exigirle moral a otras naciones.!!! Wow pero que barbaros!!!  

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