miércoles, 9 de noviembre de 2016

Este pasado martes 8 marcó un antes y un después en en los Estados Unidos

No cabe duda que lo ocurrido este martes 8 en las elecciones de Estados Unidos marca de alguna manera un punto de inflexión en lo que respecta al sistema político estadounidense.
Con la elección de Donald Trump se rompe de manera directa el punto de equilibrio que históricamente existió y que garantizo la hegemonía de los dos grupos mayoritarios durante todo el tiempo de existencia de la vida republicana en los USA.
Aunque bien es cierto que Trump ganó bajo el amparo o sombrilla del Partido Republicano, no menos cierto es que su triunfo se lo debe al discurso ultranacionalista que muy bien supo vender, frente a una clase media y a un sector obrero que de alguna manera manifestaba su inconformidad con el establishment, al ver bajar de forma progresiva la calidad de vida y los estándares de bienestar que otrora disfrutaron.
Y si hay un perdedor ese es el establishment que al final no pudo revertir la tendencia que desde que empezó la campaña se mantuvo y que se manifestó a través de una candente y muy virulenta línea discursiva en contra de los males de fondo que afectan a la sociedad estadounidense, y que magistralmente fuera expuesta, primero por Bernie Sanders, y luego continuada por Donald Trump, aunque claro, este último le imprimió matices distintos dada la posición ideológica del mismo. Cuando decimos que quien perdió fue el statu quo, nos referimos a los poderes fácticos que son quienes gobiernan la nación tras bambalinas y que son quienes pautan la agenda a seguir, y que bien satisfactoriamente representaba la candidata demócrata Hillary Clinton.
   El fenómeno Trump dará mucho material de análisis a sociólogos y cientistas sociales porque derribó todos los parametros de analisis y medicion, sin que se tenga que hurgar demasiado, puesto que como ya dijimos es manifestación de malestar casi generalizado de la sociedad norteamericana, con todo ese sistema pseudodemocrático que de aqui y en adelante entrará en una crisis profunda que habrá de requerir de un largo proceso de reeplazo y de maduracion de las nuevas opciones que habran de comenzar a perfilarse como vías para la redención de todo ese conglomerado que en un momento dado buscó expresarse a través de las propuestas de Sandres y del propio Trump.                                                                                                    
                                                                                                                   

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