El pasado 9 de julio de este año 2016, se produjo el abandono de las instalaciones de la empresa transnacional Kimberly clark, por parte de sus gerentes en el estado Aragua en Venezuela. De inmediato ese hecho fue puesto al conocimiento del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, señor Nicolás Maduro Moros, quien instruyó al ministro del trabajo Oswaldo Vera, para que este tomara carta en el asunto y protegiera la integridad tanto física como económica de los trabajadores de la planta en cuestión.
La decisión de abandonar Venezuela la tomó la gerencia de la planta, argumentando la falta de apoyo del gobierno a la hora de proporcionar divisas para la compra de las materias primas que se utiliza en la elaboración de los diferentes productos que comercializa la fábrica. Sin embargo el gobierno socialista de Maduro niega que esa fuera la situación, ya que periódicamente se le proporcionaba las divisas necesarias a dicha empresa para que esta pudiera adquirir todos sus insumos. Según han podido establecer las autoridades, la empresa Kimberly Clark había caído en el macabro juego impulsado por un sector de la oligarquía venezolana de esconder los productos o contrabandearlos hacia la vecina Colombia, como parte de un plan estratégico para hacer caer al gobierno chavista. No cabe duda que en la Venezuela chavista han habido sectores interesados en hacer fracasar el proyecto social impulsado por el fenecido Hugo Chávez
y que hoy continúa en manos de Nicolás Maduro y un grupo de hombres y mujeres leales al comandante ido a destiempo. El hecho de que esa empresa transnacional haya dejado abandonados a su suerte a unos 1200 trabajadores, es un indicativo de que esa acción se inscribe dentro del marco de lo que los chavistas consideran parte de una guerra económica que busca echar por el suelo la Revolución Bolivariana, y que además procura restaurar el modelo neoliberal.
Todo el mundo sabe lo difícil que se le ha puesto la vía de la gobernabilidad a Maduro, cuando sectores internos y externos sabotean cualquier intento que busque tomar iniciativas que vayan a favor de las grandes mayorías, antes ignoradas pero que hoy se sienten reivindicadas por la Revolución que empezara el comandante Hugo Chávez.
Pero como noticia positiva para todo el pueblo venezolano está la reapertura de la fábrica Kimberly Clark, poniendo de esta forma fin a una época donde escaseaban los productos de higiene personal,y que era uno de los gravísimos problemas que ocasiona irritabilidad y crispación en amplios segmentos de la población venezolana.
Hoy, precisamente hoy jueves 21 de julio, el presidente Nicolás maduro anunció la disponibilidad de un fondo especial que será puesto en manos de los obreros de la fábrica, con tal de que los mismos tengan capacidad de comprar sus materias primas y eche andar la fábrica en aras de satisfacer la demanda nacional de esos productos y para que un futuro no muy lejano, también puedan exportar parte de sus excedentes hacia América latina y el Caribe.¨Esta es una acción de poner a producir la fábrica de pañales y de toallas y de otros productos de la higiene personal, que debe complementarse con otras acciones que estamos tomando en el marco de nuestra estrategia para enfrentar el bachaqueo y las otras modalidades de la guerra económica¨; puntualizó el jefe de Estado Nicolás Maduro.
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