Con este acuerdo se busca poner freno a la oleada de refugiados procedentes de países de oriente medio y el norte de África.
El acuerdo firmado entró en vigencia casi de inmediato, o para ser más exacto, el pasado lunes 4 del presente mes de abril. Si bien con esto toda Europa busca aliviar la situación que se le ha presentado con el flujo incontrolado de personas que vienen de países en conflictos, el espíritu de este acuerdo viene a contradecir y a erigirse en un obstáculo que contraviene la Convención de Ginebra que garantiza el derecho al asilo de las personas que viendo sus vidas amenazadas, recurren a ese derecho.
Entendemos que los países occidentales y máxime cuando son poderosos, se creen que están por encima del bien y el mal, atropellando cuantos preceptos y normativas sirven para regir la vida democrática de los pueblos.
Y lo más lamentable de este hecho es que el acuerdo lo firma la Unión Europea con el desacreditado régimen de Recep Tayyip Erdogan, quien no ha escatimado esfuerzo para llevar a cabo una guerra de exterminio en contra de la población kurda de Siria.
Nuestra preocupación está fundamentada en que el asilo es un derecho que le asiste a cada individuo, y que el mismo quedó consagrado en la Convención de Ginebra y en otros convenios y tratados que, tras la Segunda Guerra Mundial la Asamblea general de las Naciones Unidas, estableció el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados {ACNUR}con sus siglas en inglés;y el mandato de la Acnur es proteger y buscarle soluciones eficaces y permanentes a los refugiados.
En las últimas décadas el mundo ha estado viendo cómo se violenta el derecho internacional y como se hace de un árbitro tan importante como es la ONU, un simple espectador sin ninguna función rectora, un caso muy lamentable.
Ya el ministro del Interior de Alemania, Thomas Maiziere ha dicho que el acuerdo servirá de modelo para ser aplicado en otros lugares del mundo y más específicamente entre Europa y los países del África del norte.
Lo cierto es que ya los efectos del acuerdo están vigentes y se ha empezado a devolver refugiados desde la isla de Lesbos en Grecia hacia Turquía, cabría preguntarse quién o quienes estaría en disposición de garantizar la vida a muchos hombres y mujeres que salieron huyendo de sus países a causa de esos conflictos que fueron creados precisamente por la política sumisa de la Unión Europea con respecto a su amo imperial los Estados Unidos de América
Justo es demandar un pronunciamiento de parte del Acnur en relación a la violación de un derecho fundamental y consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y los cuatro Convenios de Ginebra de 1949, sobre el derecho internacional humanitario, así como una multiplicidad de tratados y declaraciones internacionales y regionales, vinculantes y no vinculantes, que abordan muy expresamente las necesidades de las personas que piden asilo.
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