Después de haberse visto en el congreso todo el proceso que conllevo a la destitutucion de la presidenta Dilma Rousseff, y de haberse comprobado que la mandataria no había caído en ningún tipo de delito, aun así la derecha en el poder usurpado, sigue ensañada con la presidenta Dilma, negándose prácticamente el derecho a gobernar que le otorgara el pueblo a través de un proceso electoral y donde unos 54 millones de brasileños votaron por Dilma Rousseff. No obstante, lo que si ha quedado demostrado es la gran responsabilidad que sobre diversos actos de corrupción, pues han tenido que ver aquellos personajes que fueron los que iniciaron todo ese circo politiquero alrededor de los miembros del Partido del Trabajo. Siempre hemos querido ser objetivo al respecto, admitiendo algunos rasgos de corrupción cometidos por miembros del Partido de Lula; pero de ahí a que se haya llegado tan lejos solo es una muestra de intolerancia clasista y hasta sexista, de aquellos que han sometido al gigante sudamericano a este estado de intranquilidad y resquebrajamiento institucional.
De toda esta amarga experiencia suscitada a raíz de la destitucion de Dilma como presidenta del Brasil, se colige y hasta se palpa una deliberada intención de la comunidad internacional con tal de que ese lamentable acto se quede impune y los golpistas se salgan con la suya, sentando con ello un funesto precedente que quedara como una fea cicatriz en el rostro de nuestra América. La derecha internacional se siente envalentonada y procura a como de lugar, restablecer el poder excluyente que los pueblos de latinoamericano pues han tratado de suprimir de manera democrática.
Solo con la voluntad absoluta de los pueblos se podrá detener y revertir este negativo proceso de usurpación y degradación de la democracia en nuestra región latinoamericana.
Y también con ello queda ya demostrado que la oligarquía no sabe jugar limpio en los procesos democráticos. Se pensó que ya era suficiente con la funesta experiencia de Chile y el derrocamiento del presidente Allende. Estos sectores de la derecha oligárquica son capaces de aliarse con sectores retrógrados del imperialismo, y tratan de imponer su agenda a los pueblos cueste lo que cueste.
Los pueblos de nuestra América no se dejaran aplastar y levantaran sus voces, y mas temprano que tarde habrá de imponerse la justicia social y la redención de los oprimidos!!!
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