martes, 19 de julio de 2016

Cuál será el futuro de Turquía?

Hablar de golpe de Estado en Turquía es lo mismo que hablar de una escisión dentro de las cúpulas castrenses, y ya con la materialización del hecho así quedó confirmado. El malestar de los altos cargos militares se ha venido sintiendo desde hace mucho tiempo, pero donde llegó a su clímax fue en el preciso momento en que Erdogan da la orden para el derribo del avión ruso su-23. Esa fue una acción que no cayó del todo bien en algunos altos oficiales turcos, aunque la orden vino del mando medio de la Otan y que luego ratifica el Comando del Estado mayor de la organización regional; y que para su aprobación hubo de contar con el visto bueno del pentágono en Washington.

 Los militares turcos que se opusieron a la acción de Erdogan, consideraron, como casi toda la opinión pública mundial, de que esa acción sería claramente una provocación a Rusia y que en tal virtud de ahí se podía desencadenar un conflicto a escala mundial, que  podría poner en peligro el equilibrio y la estabilidad del planeta. El propio Erdogan meses despues reconocio de lo infantil e inútil que resultó su decisión y en una comunicación al presidente ruso Vladimir Putin, en donde llegó a pedirle perdón al pueblo ruso.Pero hay más de una razón para incomodarse la alta jerarquía del Comando Central del Ejército turco, y es en los últimos meses donde hastiado por los altísimos niveles de corrupción de un circulo muy pequeño que rodea al presidente Recep Taryi Erdogan, incluyendo a parte importante de su familia, ese sector militar que en algún momento se viera también favorecido aumentando sus caudales económicos, decide ponerle coto a la situación de corrupción generalizada y a la falta de democracia dentro de los estamentos gubernamentales.
El malestar no solo se limitó al rededor de las cúpulas castrenses, sino que también se manifestó a lo interno del aparato de justicia    y en un sector importante de los maestros; de ahí que si el sector militar que se sublevó hubiera dejado madurar más la idea de derrocar a Erdogan, y le hubiesen dado un cariz más acabado en la planificación, pues otra cosa se estaria contando sobre Turquia.

    Erdogan tiene la particularidad de no contar en estos momentos con el respaldo unánime de la población turca, y ni siquiera cuenta con el respaldo de la oligarquía tradicional de ese país, lo que lo hace más vulnerable ante el descontento de una gran parte del aparato militar, la policía y del empresariado.
En el plano interno Turquia tiene uno de los ejércitos más preparado y mejor equipado de esa región; de ahí la importancia que le otorga la Otan al Ejército turco. Dentro del panorama actual, lógica y razonable resultaría la pregunta de ¨hacia dónde se encamina Turquia después del golpe? Podrá Erdogan seguir manteniendo el control del país después de la sonada? Todas estas son interrogantes que se quedaran pendientes de que el factor tiempo le de respuestas; igual quedará pendiente de ver si existe la voluntad política de parte de Erdogan de enmendar sus errores y de no hacer que se vean tan pateticos los actos de corrupción protagonizados por él y su familia.    








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