lunes, 27 de febrero de 2017

El mundo se puso de reves

En los años 80s hubo la necesidad de establecer una estrategia que tenía como finalidad acabar con la única competencia que tuviera el sistema de libre mercado,  era la Union de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que se había acercado demasiado rápido en desarrollo a lo que era en ese entonces la vitrina y cuna del capitalismo, Estados Unidos e inglaterra.
Desde entonces la marcha de la estrategia avanzó  viento en popa y la misma tuvo una efectiva combinación con otra no menos efectiva, la estrategia de la guerra mediática y para ello fue necesario llevar a cabo una política de fusión y consolidación de algunos medios, sobre todo radiales y televisivos y es cuando surgen las grandes cadenas mediáticas, que son las que siempre estuvieron llamadas a realizar las batallas ideológicas y de propaganda a favor del gran capital y del propio sistema en sentido general.

  Al fin y al cabo la estrategia de Reagan y Margaret Thatcher dio resultado porque lograron vencer en el plano político a su antiguo contrincante, pero hay que resaltar que se desató una euforia en el aspecto económico, de dimensiones colosales que busca arrasar con cualquier vestigio ideológico que quedara en el mas recóndito rincón de la psiquis humana.Se desato la implementacion de un programa neoliberal a escala universal, y se desmontó todo lo que del modelo soviético se había instaurado en algunos países, sobre todo latinoamericanos; donde la presencia del Estado se hacía sentir con fuerzas en algunos estados latinoamericanos, que aunque no estuvieron necesariamente identificados ideológicamente con la URSS, pero si mantienen dominio en áreas claves de la economía.

  Es a partir de 1989 con la caída del muro de Berlín cuando el capitalismo se frota las manos y ríe a carcajada, porque había logrado vencer a su gran enemigo y sin haber disparado un solo tiro; se presentaron los momentos idóneos para la configuración de un "nuevo orden mundial" como en su momento fue llamado por los mas conspicuos ideólogos del capitalismo.
En América Latina y en todo el mundo subdesarrollado se impone la agenda neoliberal y las empresas que hasta ese momento estaban siendo manejadas por los estados, de manera automática y bajo una lógica infame, pasaron a las manos del capital privado, se  insistió sobre lo "ineficiente" que resulta el Estado en el manejo económico de las empresas y se impuso concomitantemente una ola de reformas estructurales en esos países que asumieron roles de satélites o vasallos, casi se les obligó a la firma de unos mal llamados "tratados de libre comercio" que no hicieron sino que sumir en una situación de dependencia absoluta a estos estados de los países del tercer mundo.
Esa estrategia neoliberal cobró tanta fuerza que convirtió en colonias aquellos países donde llegaron los aires neoliberales, debilitando su ya de por sí frágil sistema económico y sumiendo en la mas absoluta miseria a centenares de miles  de hombres y mujeres procedentes de los mismos, y que llamara la atención del sumo pontífice de entonces, el papa Juan Pablo II, un fiel aliado de Thatcher y de Reagan y puntal fundamental en la caída de la Union Soviética.
El desparpajo y la iniquidad fue tan notoria en la aplicación e imposición de la agenda neoliberal, que el propio papa Juan Pablo Segundo llegó a calificar de "salvaje y criminal" ese modelo de desarrollo capitalista. Para el tercer mundo subdesarrollado aquella fue una época fatal, hasta el punto que aun hoy se estan padeciendo secuelas de aquella catástrofe neoliberal.  
Lo que sí llama la atención es la actitud asumida por el actual primer mandatario de los Estados Unidos de América, Donald Trump, que aun siendo una de las pocas personas que si se benefició en grande de aquella época neoliberal, ahora se declara en contra y se propone revisar de cabo a rabo, al menos en lo que concierne al capítulo de los tratados de libre comercio; para cualquier persona sensata diría que esa es una sinrazón del señor Trump, ya que la aplicación de esa agenda fue lo que le proporcionó el suficiente oxígeno a Estados Unidos para sortear la serie de crisis cíclicas que son inherentes al propio sistema capitalista.
Por eso es que hemos dicho que en el mundo se ciernen ahora mismo grandes nubarrones grises y que en los proximos dias para no decir años, se estarán presentando tremendas sacudidas en el plano económico, como expresión del confuso e inexplicable horizonte que ha diseñado Trump para el desempeño de Estados Unidos como metrópolis imperial.

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